Redactor humano vs inteligencia artificial copywriter

8 diferencias entre un redactor humano y un androide copywriter

En realidad no te vamos a contar ocho diferencias, discúlpanos. Es solo que el título tiene más gancho con un numerito. Pero con el tema no te hemos engañado.

Esto, efectivamente, va de personas que escriben en Internet. Si ya llevas unos años haciéndolo, en algún momento habrás pasado de ser un redactor que escribe textos a ser un copi que hace copis. Y eso ya asusta un poco, pero no es lo importante. Lo importante, fíjate bien, es

NO-CONVERTIRSE-EN-UN-ROBOT

¿Por qué decimos eso? Porque si uno se deja apabullar por la densidad de palabras clave, los títulos SEO, los links y los gustos del algoritmo; si uno repite, sin usar su humana capacidad crítica, lo que todo el mundo hace aunque sean tonterías colosales, entonces se va a despertar un día con cara de androide y lucecitas rojas en los ojos.

¿Y cuándo sabrás que te has convertido en un copywriter autómata, un traidor a tu especie? Pues cuando además de lucecitas rojas notes que tu voz suena metálica y que tu dedo meñique entra en un puerto USB. Pero antes de que eso ocurra, algunos síntomas te avisarán de tu deriva robótica. Toma buena nota si no quieres acabar desayunando electricidad en vez de cereales.

gif copywriting

El cliché o la muerte de tu personalidad

¿Quieres ser impersonal y aséptico? ¿Que tus textos vayan directos a la enorme perola de rancho diario para la masa internauta? Bien. Entonces echa mano de clichés, frases hechas y expresiones que se oyen, leen y repiten hasta la náusea.

No te engañes: las palabras también cansan y se cansan cuando se abusa de ellas. Pierden frescura, como la verdura. Pierden sabor, como la coliflor.

Si usas, por ejemplo, crush, zasca o tóxico estás empleando palabras de las que el lenguaje actual nos ha saturado; tan hartos estamos de ellas que oírlas se parece a comer cartón. Pero recuerda que siempre hay alguna estupenda lista de sinónimos a un clic. Piénsatelo también antes de escribir funcionalidad por función o inicializar por iniciar, porque sonarás artificial y pedantesco y tus párrafos empezarán a oler a resto de merluza.

Trabajemos por una Web no pestosa!

meme copywriting

¿Bebes agua o líquido refrigerante?

Es necesario gustarle al buscador, sí, pero recuerda que nuestro buen G no deja de ser un intermediario: escriben las personas, leen las personas, compran las personas. No atiborres tus textos de expresiones para el robotito. Ahí fuera hay millones de terrícolas deseando escuchar y leer una voz cálida, aunque hable sobre batidoras.

Otras prácticas de la hermandad de autómatas

Los androides no se cuestionan las cosas, y tampoco nuestro autómata copywriter. Si alguien, por ejemplo, tuviera la estrambótica idea de colocar en la cabecera de un texto un rótulo que dijera: «Tiempo de lectura: 4 minutos», el replicante adoptaría la ocurrencia de inmediato. Solo un ser humano podría darse cuenta de su inutilidad, y de que se está sugiriendo que leer es un trance desagradable: No te preocupes, ¡se acaba rápido!

«Usa frases cortas». Gran clásico de los consejos para copis que, aplicado así sin más, según la costumbre androide, no tiene mucho sentido: usa las frases que hagan falta. A veces una larga es la forma más económica y precisa de expresar algo, y a veces un abuso de oraciones breves resulta agotador. Ahora emplea tu imaginación y observa cómo recorre un kilómetro una gaviota (fraselarga) y cómo lo hace una gallina (frasecorta). Si no te estresan los esfuerzos gallináceos te regalamos un pollo de goma.

Para no aburrir a quien lee hay medios más efectivos que el bombardeo de minifrases. Por ejemplo, examinar el texto recién escrito y aniquilar todo lo que no sea necesario. Y por ejemplo, no hacer perder tiempo al lector con un primer párrafo que repita lo ya dicho en el título. O sea, tanta prisa que hay en Internet, y un artículo titulado Cómo pescar lorchos se nos ocurre empezarlo así: En este artículo os vamos a enseñar cómo se pescan lorchos. WTF?

Terminemos con otro clásico: «Sé persuasivo». Estupendo, pero no tan estupendo. Alguien que quiere ser gracioso a toda costa es un plasta; y alguien que quiere parecer inteligente a toda costa es un plasta. Conclusión: no quieras ser persuasivo a toda costa porque serás un plasta. Construye algo con sentido y con sustancia, y la frase impactante llegará sola.

No permitas que la web sea tomada por las máquinas y sus aliados, los pérfidos androides copywriters.

¡Únete a la resistencia! ¡Usa subordinadas!

Scroll al inicio